Entre la escasez de medios, la UPGC enumera varios casos, como el hecho de que las furgonetas de atestados «sigan con máquinas de escribir y no con ordenadores portátiles». Además, añade la asociación, «se han suministrado cámaras digitales y material informático, pero no se ha formado a los agentes en el manejo de los mismos, así que muchos guardias han optado por aprender a utilizar estos medios en su tiempo libre, pagándose clases particulares». Según la asociación, desde la Dirección General de Tráfico «se facilitó un programa genérico de dibujo, que no puede ser utilizado por falta de librerías (vehículos a escala, señales, etcétera), falta de formación para su manejo y de un sistema de ayuda en inglés. Por consiguiente -apostilla-, los croquis de los atestados son confeccionados "al estilo convencional", como cuando se fundó la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, en 1959, es decir, a escuadra y cartabón». Por otro lado, la asociación asegura que la empresa asturiana SICTRA, particular y que se dedica a la reconstrucción de accidentes, comunicó de forma oficiosa que conocía que alguna de sus unidades «utilizaba programas suyos sin licencia».
Para UPGC, la falta de personal se debe principalmente a la «escasa retribución que perciben los agentes, la ausencia de vacaciones estivales, la falta de planificación de los turnos y el alto índice de siniestralidad».